Terapia de trauma para adultos y adolescentes en Seattle y en todo el estado de Washington y Oregon.

Terapia para adolcentes y jóvenes adultos

Crecimiento y transición
Los adolescentes y los adultos jóvenes tienen desafíos únicos:
Ansiedad y estrés: presiones escolares, ansiedad social, ansiedad por el desempeño o preocupación generalizada.
Bajo estado de ánimo o depresión: tristeza, retraimiento, irritabilidad, pérdida de interés en las actividades.
Autoestima y preguntas sobre la identidad: lucha con la confianza, la imagen corporal o el sentido de sí mismo, incluida la exploración de la sexualidad y la identidad de género.
Conflicto familiar: tensión con los padres o hermanos, dificultad para transitar la independencia o afrontar un divorcio o cambios en la dinámica familiar.
El acoso o los desafíos en las relaciones entre pares, ya sea en persona o en línea, los dramas de amistad o la exclusión son muy comunes en la adolescencia.
Duelo y pérdida: muerte de un ser querido, divorcio, rupturas o mudanza a una nueva escuela.
Trauma: abuso, negligencia, violencia, accidentes o presenciar daño. Problemas escolares, estrés académico, dificultades de aprendizaje, desafíos de atención.
Factores estresantes culturales y de migración: identidades biculturales, discriminación o desafíos con la migración.
Presiones de las redes sociales: comparación, acoso online, sobreexposición.
Conductas de riesgo: experimentar con sustancias, relaciones inseguras o decisiones impulsivas.
Transiciones de vida: mudanzas, cambios de escuela, cambios de amistades, preparación para la universidad.
La adolescencia y la adultez temprana están llenas de transiciones: una independencia cada vez mayor, cuestionamientos sobre la identidad, la interacción con los compañeros y la planificación del futuro. Estos cambios pueden generar ansiedad, depresión y dudas sobre uno mismo, difíciles de gestionar, incluso con los mejores y más comprensivos padres.
Ayudo a adolescentes y jóvenes adultos a desarrollar confianza, estrategias de afrontamiento y habilidades de comunicación positiva para mejorar el estado de ánimo, las relaciones y la autoestima. Al identificar patrones y necesidades subyacentes, los adolescentes aprenden a gestionar el estrés y las emociones fuertes para tener éxito en la familia, la escuela y las amistades.
