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Terapia semanal

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Trauma complejo · Trauma religioso · Heridas familiares de origen

¿Algo de esto te suena familiar?

 

Dudas de ti mismo (o de ti mismo, o de ti mismo) con regularidad, incluso cuando los demás confían en ti o están de acuerdo contigo.

 

Sientes una culpa o vergüenza abrumadora que no puedes identificar o que no coincide con tu sistema de creencias actual y, por más que lo intentas, no puedes convencerte de no hacerlo.

 

Constantemente sientes que eres, de alguna manera, demasiado y no suficiente.

 

Pasas grandes cantidades de tiempo asegurándote de que todos los demás estén contentos y puedes recibir elogios por ello... pero en realidad no sabes quién eres fuera de este rol.

 

Vives en miedo de ser rechazado por los demás o de que te "descubran".

 

Te sientes desconectado de tu cuerpo o como si no tuvieras control sobre él.

 

Sabes que necesitas establecer límites, pero parece que no puedes hacerlo cuando llega el momento.

 

A veces, el dolor que sentimos comienza temprano: dinámicas familiares difíciles, acoso escolar o la sensación de invisibilidad o inseguridad en casa. Otras veces, proviene de mensajes internalizados basados en el miedo o del dolor causado por una comunidad de fe que antes nos brindaba consuelo y alegría.

 

Nuestro trabajo en conjunto puede ayudarle a comprender cómo esas experiencias transformadoras moldearon su sistema nervioso, sus creencias y sus relaciones, y luego comenzar a cambiarlas con compasión e intención.

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Trauma migratorio

La inmigración puede ser una transición profunda y a menudo dolorosa, especialmente cuando implica la separación de seres queridos, la pérdida de la comunidad, experiencias de discriminación y/o peligro físico o daño en el camino. Incluso después de reasentarse, el cuerpo y la mente pueden cargar con el peso de estos desafíos, dejándote con una sensación de ansiedad, desconexión o alerta constante. Estas respuestas son la forma en que tu sistema nervioso te protege, pero con el tiempo pueden interferir con tu sensación de seguridad y pertenencia.

 

Las personas que han experimentado estrés relacionado con la inmigración pueden notar:

 

  • Dificultad para adaptarse a nuevas rutinas, idioma o expectativas culturales.

  • Sentir que no perteneces o que estás “entre” dos mundos

  • Preocupación o culpa por los miembros de la familia que quedaron atrás

  • Mayor sensibilidad a la discriminación, el rechazo o la incomprensión.

  • Desafíos para establecer relaciones de confianza en un nuevo entorno

  • Cambios de humor como irritabilidad, tristeza o sentirse emocionalmente “plano”

  • Tensión física, dolores de cabeza o problemas digestivos relacionados con el estrés continuo.

  • Dificultad para concentrarse, aprender o desempeñarse en el trabajo o la escuela debido a presiones de adaptación

 

Apoyando a los niños y las familias

 

Los niños y adolescentes de familias inmigrantes pueden sufrir estrés por mudarse, adaptarse a una nueva cultura o presenciar las dificultades de sus cuidadores. Pueden portarse mal, aislarse o preocuparse excesivamente por la seguridad y la aceptación.

 

A través de la terapia, las familias pueden aprender a comprender estas respuestas, fortalecer las conexiones y apoyar a los adolescentes para que se sientan seguros, vistos y capaces de prosperar en su nuevo entorno.


Honraremos los desafíos únicos de su viaje, ayudaremos a restaurar la seguridad tanto del cuerpo como de la mente y trabajaremos para cambiar las creencias dolorosas por otras que afirmen su resiliencia, fortaleza y valor.

 

*Su seguridad es nuestra máxima prioridad, especialmente en el clima político actual. No divulgo ni registro su estatus migratorio ni el de su familia a menos que usted lo solicite específicamente (evaluaciones de inmigración, cartas de apoyo, etc.), ni colaboro de ninguna manera con ICE. Para más información sobre cómo proteger su seguridad y la de su familia, visite https://waisn.org/kyrice/.

Trastorno de estrés postraumático (TEPT)

El trauma no solo reside en la mente, sino también en el cuerpo. El TEPT puede desarrollarse tras experimentar o presenciar algo abrumador o aterrador. Muchos síntomas del TEPT son indicios de un sistema nervioso sano que entró en modo de protección cuando lo necesitabas, pero que luego se quedó atascado en ese estado. Esto puede manifestarse como:

Lucha: estallidos de ira, irritabilidad o sensación de necesidad de defenderse.

 

Huida: inquietud, ansiedad o sensación de que siempre necesitas escapar.

 

Congelación: apagarse, entumecerse, disociarse o sentirse incapaz de actuar.

 

Cervatillo: complacer a los demás o ponerlos primero para evitar conflictos o daños.

 

Con el tiempo, este estado constante de alerta puede afectar el sueño, la energía, las relaciones y la salud general.

 

Una persona con trastorno de estrés postraumático (TEPT) podría experimentar:

 

  • Recuerdos intrusivos o flashbacks: tu cuerpo y tu cerebro vuelven al evento en contra de tu voluntad.

  • Pesadillas o dificultad para dormir

  • Sentirse tenso, nervioso o "en guardia" o mirando constantemente por encima del hombro

  • Evitar personas, lugares o situaciones que le recuerden lo sucedido

  • Pensamientos negativos sobre ti mismo o el mundo.

  • Tener dificultad para concentrarse o permanecer presente

  • Entumecimiento emocional o sensación de desconexión con los demás.

  • Síntomas físicos como dolores de cabeza, problemas estomacales o tensión muscular crónica.

 

En el tratamiento para el trastorno de estrés postraumático (TEPT), trabajaremos para restaurar la sensación de seguridad de su cuerpo y cambiar la narrativa, transformando las creencias negativas que ha tenido sobre sí mismo y el mundo en otras que reflejen curación, fortaleza y esperanza.

 

Viaje a la sanación

En el tratamiento para sanar del trauma, haremos lo siguiente:

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Crear seguridad

El trauma puede destruir nuestra sensación de seguridad, pero a través del trabajo somático y técnicas de atención plena, descubriremos formas de crear seguridad y recuperar la paz en nuestro propio cuerpo y mente.

Encuentra descanso

Las partes protectoras, como complacer a los demás para evitar conflictos, suelen surgir del trauma. Juntos, las conoceremos, aprenderemos a usarlas cuando sean necesarias y las dejaremos descansar cuando no lo sean.

Examinar las creencias

Descubriremos las creencias fundamentales (como "soy malo" o "no soy digno de ser amado") que pueden haberse arraigado, cambiaremos estos patrones y construiremos nuevas creencias que honren su valor y desarrollen la autoestima.

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